martes, 28 de julio de 2009

Sabíamos no decirnos nada. Sabíamos no exigirnos mucho. Hola. ¿Qué hacés? convidame un pucho que me tenés abandonada. Vos con tu mochila a cuestas. Yo con la excusa perfecta, para charlar de pavadas. Nos hizo un guiño san telmo, un poco de humo en el medio y enloquecieron las miradas.

Quiso el destino que esa noche hiciera frío y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oído.
Y si el diablo se contenta con que dudes un instante. Vos y yo nuestras miserias y esta noche por delante amor ¿Quién sabe? Un umbral perdido y aquel bar medio vacío, como único testigo. Bridamos por el olvido y el espíritu del vino se fue haciendo nuestro amigo.
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Con el corazón en llanta, nada mejor que tu lengua, abrigando mi garganta. Y conga que siga la milonga amor, que el mozo traiga otra ronda y que pague Dios.

Quiso el destino que ya no hiciera mas frío y sin coche y sin ruido sigo hablándote al oído. Y el diablo se contenta con que dudes un instante. Vos y yo nuestras miserias
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y esta noche por delante, amor

¿ Quién sabe ?

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